Uno de los muchos momentos que me tocó vivir con nuestro compañero y dirigente Heriberto Pazos y que aun al recordarlo se llena mi corazón de melancolía, fue cuando hace unos meses el rio de San Antonio de la Cal se salió de su cauce e inundó a nuestros vecinos; entre ellos, al lado de las instalaciones de nuestras oficinas un par de ancianos viven solos en una casa pequeña de lámina, recuerdo el momento cuando el agua empezaba a entrar a su casa, como esa anciana entre lágrimas y desesperación al ver como se inundaba su casa acudió a las oficinas a pedir ayuda. Don Beto inmediatamente dio la orden a los compañeros de que fueran con una camioneta del partido para sacar las pertenencias de los ancianos y llevarlas a un lugar donde no corrieran peligro.
Al día siguiente don Beto mandó a traer bombas para sacar el agua estancada de todos los vecinos y también se les dieron despensas para apoyarlos.
No logro borrar de mi mente una imagen. El día del cobarde asesinato de don Beto cuando el cuerpo fue traído a las instalaciones de la oficina para ser velado; aquella anciana lo esperaba desconsolada. En cuanto llegó el ataúd se acercó y entre lágrimas y sollozos abrazó el ataúd, y no paraba de darle gracias por lo que don Beto en vida había hecho por ellos.
Don Beto, aun cuando fue una persona de carácter fuerte, tenía un gran corazón, siempre pensando en los demás, en ofrecerle a la gente humilde una mejor calidad de vida. Lo juzgan los que no tuvieron la oportunidad de tratarlo a fondo, porque los que la tuvimos y convivimos con él a diario sabemos que fue un gran ser humano y por eso siempre lo recordaremos.
¡¡¡Aunque mataron al hombre, sus ideales siguen vivos!!!
¡¡¡VIVA DON BETO PAZOS!!!
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